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En Neuquén, por estas horas

Hoy, nuestros pibes y pibas no están en las aulas. Muchos están junto a sus familias evacuados en las escuelas; otros y otras están en sus casas aislados, porque no pueden salir o porque están tratando de salvar lo poco que tienen y que ha quedado a merced de la fuerza devastadora del agua y el barro: una fuerza tan devastadora como la del abandono y la desidia que sufren por parte de los estados nacional, provincial y municipal. Abandono y desidia que se nota más marcadamente por estas horas. Todo lo que se sufre a diario, se agudiza por estas horas: la Pobreza Cero que prometía Macri en campaña, oscila entre la utopía inalcanzable y la burla macabra; ese eslogan “El futuro ya empezó” del gobierno de Gutiérrez se torna una broma canalla para vecinos y vecinas que han vuelto siglos atrás, por estas horas.

¡Qué decir del intendente Horacio Quiroga! Muchos dicen que gobierna para el centro de la ciudad. ¡Ni eso! Las calles anegadas no solo por la lluvia, sino por la falta de obras. “La ciudad no está preparada para recibir esta cantidad de lluvia”. Y la historia que vivimos hace apenas dos años se vuelve a repetir, por estas horas.

En tanto nosotros y nosotras, trabajadores y trabajadoras de la educación, de Aten, de ese sindicato que Pechi dice que hay que sacar zumbando de las calles, para garantizar ese derecho a la circulación que él -por estas horas- no está garantizando, estamos junto a nuestras comunidades educativas, junto a las familias de nuestros pibes y pibas;a quienes conocemos profundamente;de quienes sabemos sus necesidades;con quienes sufrimos a diario el abandono miserable con que los gobiernos nos castigan a diario. Les llevamos nuestra solidaridad, lo poco que hemos podido juntar. Porque cuando decimos que estamos en las calles y en las aulas también hablamos de esto que estamos haciendo, por estas horas.