Si una frase puede resumir de qué manera honramos la memoria de nuestros compañeros y compañeras desaparecidas es la que pronunció Inés Ragni -Madre de la Plaza, con quien nos hemos fundido en un abrazo de miles, años tras año-: «Nunca asocien la tristeza a nuestros nombres». esa pequeña frase la hemos recibido como mandato. A los 30.000 asociamos la lucha, el ejemplo, nuestra práctica pedagógica para la liberación, pero nunca la tristeza.
En esta crónica de un día de lucha ejemplar queremos compartir el material escrito que difundimos en la marcha y las imágenes de un día al que miles y miles llenamos las calles para ratificar nuestro compromiso con la verdad, la memoria y la justicia.
40 AÑOS DE MEMORIA INDISPENSABLE Y DE RESISTENCIA URGENTE
La memoria de los 30.000 compañeros y compañeras víctimas del terrorismo de Estado está presente en las calles por las que marchamos y en las aulas en las que –como docentes- construimos a diario la lucha contra la impunidad, la búsqueda de la verdad y el ejercicio permanente de la memoria. Es parte de nuestra ética y nuestro compromiso como docentes y como militantes.
Este 24 de marzo no es un aniversario más del golpe genocida que marcó a sangre y fuego la historia reciente de nuestro país. Por más que estemos en la calle, movilizados y movilizadas reclamando de manera incansable verdad, memoria y justicia, como lo hemos hecho cada 24 de marzo la memoria, en el contexto que transitamos se torna imprescindible; la resistencia a las políticas de ajuste y a la escalada represiva se vuelve urgente.
Vemos, una vez más, que el horror vuelve a sobrevolar nuestras cabezas; asistimos con gran preocupación a un tiempo en que los dictámenes económicos que sustentaron la política represiva, vuelven reeditados en la política llevada adelante por el gobierno de Mauricio Macri. Se trata de los mismos imperativos dictados por el capital internacional, que no conocen otra lógica que no sea la rapiña y que condenan –hoy de nuevo- a miles a la angustia de la miseria, tal como lo denunció, a costas de su propia vida, Rodolfo Walsh.
“Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada. En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, (…) mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%”. (Walsh:1977)
Estos hechos denunciados por Walsh en 1977, cobran hoy una actualidad preocupante: la disminución salarial que a la dictadura le costó un año entero, el gobierno la implementó en apenas dos meses; la censura a las voces opositoras y la intención de implementar un “protocolo” represivo que “regule” la protesta dan cuenta de ese horror que aún nos sobrevuela; el encarcelamiento de la dirigente social Milagro Sala, sin más motivo aparente que coartar el derecho a organizarse, da cuenta que ese horror se lanza amenazante sobre nosotros y nosotras. La política económica llevada adelante por Alfonso Prat Gay, con justificativos desfachatados que van desde el cinismo hasta la estupidez, está dirigida al beneficio de los mismos sectores que se alzaron con nuestros recursos con el aval de Martínez de Hoz: “Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete” (Walsh: 1977)
A la vuelta de los representantes del horror, con la cara lavada por la justificación de haber accedido –por primera vez- al poder por la vía democrática, se agrega como bofetada la presencia insultante ¡justo en esta fecha! del mayor responsable de las políticas de exterminio llevadas a cabo durante los últimos tiempos: el presidente de Estados Unidos, Barak Obama. Durante varios días, el gobierno de Macri sacará a pasear con orgullo a un criminal de guerra, culpable de asesinatos de civiles en Siria; principal cómplice de la política sionista de Israel en la Franja de Gaza.
En nuestra ciudad, se llevan adelante los juicios a los represores que ejecutaron la política de genocidio durante la dictadura en el Alto Valle; en nuestra ciudad –en las últimas horas- la policía persiguió a docentes y estudiantes que realizaban una actividad
pedagógica en el marco de las actividades previstas por el aniversario del golpe; en nuestra ciudad, volvemos a marchar como lo hacemos cada 24 de marzo, por verdad, justicia y en contra de la impunidad que nos arrebató a 30.000 compañeras y compañeros, en un contexto “democrático” que tiene como deuda la justicia completa por el asesinato de Carlos Fuentealba; en nuestra ciudad –y en todo el país- volvemos a la calle a ejercer una memoria indispensable y una resistencia urgente.
IMÁGENES DE UN DÍA DE LUCHA POR VERDAD, MEMORIA Y JUSTICIA