Pocos días habían pasado de la asunción del gobierno de Macri cuando comenzaron a manifestar su ansiedad por el empleo del garrote. El primer intento –trágico- termino con la muerte de 43 gendarmes movilizados para reprimir una protesta incierta en la provincia de
Jujuy. En el día de hoy –un día marcado por multitudinarias protestas, que en el caso de Neuquén congregaron a miles de trabajadores y trabajadoras- concretaron sus anhelos represivos. Fue en las primeras horas del día de hoy, con apenas 12 días al frente del gobierno, Macri concretó su sueño de emplear el garrote. Reprimió. El que hablaba en campaña de unidad, de paz, que prometía “vamos a cuidar lo que tenés”, reprimió. Fueron –en esta primera instancia- los trabajadores y trabajadoras de la avícola Cresta Roja las primeras víctimas dentro del pueblo trabajador quienes sufrieron -además de la incertidumbre respecto a las fuentes de trabajo  de 500 compañeros y compañeras- la brutal represión de la Gendarmería.

Desde Aten Capital hacemos llegar a los compañeros y compañeras de Cresta Roja la solidaridad incondicional  de los trabajadores de la educación de Neuquén y nuestro más enérgico repudio al gobierno de Macri, quien ha decidido buscar en los trabajadores las víctimas propiciatorias del ajuste, la devaluación y la transferencia desmedida de recursos a los sectores monopólicos de la economía. Ha decidido Macri buscarse un enemigo que habrá de darle una batalla sin tregua, encendida por la rabia ante la vuelta de maniobras represivas que las conocemos sobradamente: son las mismas políticas represivas que nos arrebataron a Teresa Rodríguez, a Darío Santillán y Máximo Kosteky. Son las mismas políticas que nos arrebataron la vida de decenas de argentinos y argentinas el 19 y 20 de diciembre de 2001. Es la misma práctica criminal que se cobró la vida de Carlos Fuentealba.