Ayer fue una jornada de lucha. Una más de las tantas que este sindicato, Aten, –por su tradición de lucha inclaudicable, por su compromiso en la defensa de la Escuela Pública, por ser una voz importante en la denuncia permanente hacia un partido-gobierno que ha monopolizado el Estado y dispone de los recursos sin rendir cuentas a nadie por ello- ha protagonizado. Sin embargo, la movilización de ayer tuvo un elemento más que destacable: se dio en el marco de la unidad con ATE. En unidad marchamos; sostuvimos esa unidad en el acto, con la convicción que esa unidad genera la fuerza en la acción.
El paro en las escuelas fue más que contundente. A pesar de las amenazas de descuentos –que buscan disciplinarnos y en realidad encienden la bronca de las compañeras y compañeros- la adhesión superó el 90 por ciento. La movilización también reflejó el interés de sumarse a una lucha unitaria. Reiteramos nuestro pliego, exigimos se dé cumplimiento a los compromisos asumidos por el gobernador electo, Omar Gutiérrez, en la mesa de febrero. Seguimos esperando respuestas a la movilidad; seguimos exigiendo la absorción de la Cuarta Categoría.

Nos queda como desafío seguir fortaleciendo la unidad que hemos logrado para decirle al gobierno que no estamos dispuestos a atender excusas; que no estamos dispuestos a creer que haya dos provincias: la de las inversiones millonarias y beneficios para unos pocos y la de los números en rojo, que se niega a dar respuestas los trabajadores.